Descubre Taiwán: La Isla de la Formosa

Aventuras Naturales

Parque Nacional Taroko:

Situado en la costa este de Taiwán, el Parque Nacional Taroko es un testimonio del poder y la belleza de la naturaleza. Caracterizado por sus imponentes acantilados de mármol y profundos cañones, este parque es un espectáculo geológico. El Cañón Taroko, formado por el río Liwu, corta a través del parque y revela capas de mármol y formaciones rocosas que han sido esculpidas a lo largo de millones de años. Hay numerosos senderos que serpentean por el parque, incluido el famoso Sendero de Zhuilu, que ofrece vistas panorámicas del cañón desde altos acantilados. Además de su geología, Taroko es hogar de una diversidad biológica, con numerosas especies endémicas. Visitar este parque es una inmersión en paisajes grandiosos y una muestra de la majestuosidad del mundo natural.

Playa Kenting:

En el extremo sur de Taiwán se encuentra la Playa Kenting, una franja costera que es un paraíso para aquellos que buscan sol y mar. Sus aguas cristalinas y arena suave la hacen ideal para tomar el sol y nadar. Pero más allá de la playa en sí, la zona alberga el Parque Nacional de Kenting, que es un tesoro de biodiversidad. Aquí, los aficionados al surf encontrarán olas desafiantes, mientras que los buceadores podrán explorar vibrantes arrecifes de coral y la rica vida marina que habita en ellos. Noches en Kenting son especiales con el mercado nocturno ofreciendo deliciosas especialidades locales y entretenimiento en vivo.

Alishan:

Alishan, o la Montaña Ali, no es solo una montaña, sino una cadena de montañas en el centro de Taiwán conocida por sus impresionantes paisajes y su icónico tren de montaña. Los bosques de cedro que cubren Alishan crean un ambiente místico, especialmente cuando las primeras luces del amanecer cortan a través de la niebla. Este es uno de los mejores lugares en Taiwán para presenciar el fenómeno llamado «mar de nubes«. Las plantaciones de té en terrazas son otra atracción principal, produciendo el aclamado té oolong de Alishan, conocido por su sabor suave y fragancia floral. Caminar por sus senderos, los visitantes serán recibidos por cascadas, antiguos árboles y templos tradicionales, todos enmarcados por un fresco aire montañoso y una serenidad inigualable.

Taipéi: El Corazón Moderno

Taipéi 101:

No puedes hablar de Taipéi sin mencionar el Taipéi 101, el icónico rascacielos que domina el horizonte de la ciudad. Esta maravilla arquitectónica, que alguna vez fue el edificio más alto del mundo, se erige como un símbolo de la modernización y el progreso de Taiwán. Diseñado con influencias tradicionales chinas, su estructura recuerda a un bambú gigante, representando resistencia y resiliencia. Dentro, un centro comercial de lujo da la bienvenida a los visitantes, mientras que los observatorios en los pisos superiores ofrecen vistas panorámicas inigualables de la ciudad, las montañas circundantes y, en días claros, incluso hasta el estrecho de Taiwán. Además, el amortiguador de masa, visible desde el interior, es una fascinante muestra de ingeniería que protege el edificio de tifones y terremotos.

Templo Longshan:

Ubicado en el corazón de Taipéi, el Templo Longshan es mucho más que un lugar de culto; es una joya arquitectónica y un refugio de espiritualidad en medio del bullicio de la ciudad. Construido en 1738, este templo ha resistido la prueba del tiempo y ha sido restaurado en varias ocasiones tras desastres naturales y conflictos bélicos. Sus intrincados detalles, dragones esculpidos y relucientes techos reflejan la rica herencia religiosa de Taiwán. Aquí, budistas, taoístas y deidades populares coexisten en armonía, ofreciendo a los visitantes una visión profunda de la diversidad espiritual de la isla. No es raro ver a devotos encendiendo incienso, orando y buscando orientación a través de la práctica de lanzar los «poes» o palos adivinatorios.

Mercados nocturnos:

Taipéi cobra vida cuando cae la noche, y sus mercados nocturnos son el epicentro de esta actividad. Desde el famoso mercado nocturno de Shilin hasta el más tradicional mercado de Raohe, cada uno de estos lugares ofrece una experiencia única. Mientras te adentras en sus callejones, serás recibido por una sinfonía de olores y sonidos. Puestos de comida ofrecen bocadillos taiwaneses como los «baozi» al vapor, el pollo frito taiwanés y, por supuesto, el infame tofu apestoso. Pero más allá de la comida, estos mercados también son un paraíso para las compras, ofreciendo todo, desde ropa y accesorios hasta gadgets y juguetes tradicionales. La atmósfera efervescente y la oportunidad de probar auténticas delicias locales hacen de los mercados nocturnos una visita obligada para cualquier viajero en Taipéi

Lukang:

Ubicada en el condado de Changhua, Lukang es una de las ciudades más antiguas y culturalmente ricas de Taiwán. Con una historia que se remonta a la dinastía Ming, la ciudad ha sido un importante puerto comercial y, a pesar de la modernización, ha conservado gran parte de su encanto histórico. Pasear por Lukang es como viajar en el tiempo: las calles estrechas, bordeadas de casas con tejados tradicionales, narran historias de épocas pasadas. Los templos, como el Templo Longshan y el Templo de Matsu, son ejemplos impresionantes de la arquitectura tradicional y son centros de actividad cultural y espiritual. Además, la calle antigua de Lukang, con sus tiendas y puestos, ofrece una variedad de delicias locales y artesanías, haciendo de la ciudad una mezcla perfecta de pasado y presente.

Festival de los Faroles:

El Festival de los Faroles es una de las celebraciones más esperadas en el calendario taiwanés, marcando el final de las festividades del Año Nuevo Lunar. Este evento brilla con creatividad y esplendor, donde faroles de todas formas, tamaños y colores iluminan la noche, convirtiéndola en un mar de luces danzantes. Desde dragones y zodiacos hasta diseños contemporáneos, los faroles son obras de arte que reflejan la rica tapeza cultural de Taiwán. Además de los faroles, hay actuaciones en vivo, juegos tradicionales y comida callejera, todo ello contribuyendo a una atmósfera festiva y jubilosa. Es una celebración que une a generaciones y muestra la fortaleza y continuidad de la tradición taiwanesa.

Artesanías locales:

La rica herencia cultural de Taiwán se refleja en sus artesanías, cada una de las cuales cuenta una historia de tradición y habilidad artesanal. En Yingge, conocida como la «Capital de la Cerámica» de Taiwán, los artesanos han estado moldeando el barro durante siglos, produciendo desde utensilios cotidianos hasta obras de arte intrincadas. Las tradicionales obleas de piña, por otro lado, son más que un dulce; representan hospitalidad y bienvenida. Hechas con una sabrosa mezcla de piña y melaza envuelta en una masa mantecosa, estas delicias son un regalo favorito en festivales y ocasiones especiales. Ya sea en textiles, joyería o en la talla de madera, las artesanías taiwanesas son un reflejo de la pasión, dedicación y espíritu indomable de sus creadores.